Enrique Climent: Articulo Quien vigila al vigilante

‘Quis custodiet ipsos custodes’

 

 

A lo largo de los años en cualquier país y el nuestro no ha sido excepción, el presupuesto nacional marcaba el momento cumbre del año político, y las emisiones de Deuda Pública eran algo complementario y extraordinario motivado por las posibles desviaciones que se pudieran producir al cerrar un ejercicio.

 

Pero estamos en el siglo XXI y en algo se había de notar, los presupuestos se continúan confeccionando anualmente, pero  con el cambio a la moneda única los déficits presupuestarios han alcanzado  su mayoría de edad y así las emisiones de Deuda Pública ya no responden a una desviación del presupuesto, ahora son sistémicas.

 

Y así de una seriedad presupuestaria por lo que representaba, hemos pasado a una despendolada emisión de Deuda Pública, semana si y semana también.

 

Para que la situación sea más surrealista, ahora cada día los medios nos informan de lo que supone para cada emisión de Deuda la tasa de aceptación en el mercado respecto al mismo tipo de producto emitido por el estado alemán, o comparan esa misma tasa con respecto a la italiana, así ya tenemos un nuevo  concurso televisivo, comprobar si estamos mejor o peor que los italianos ,  además, ya no se emite Deuda pública como se ha hecho históricamente, a un plazo y con una tasa de interés fijo que establece cada Gobierno ¡no! ahora se subasta como si de las bragas de Marilyn Monroe se tratara, de forma que el precio, es decir la tasa de interés la establece el comprador, en función de lo que opinan las llamadas “agencias de calificación”,  que se permiten evaluar la credibilidad, fiabilidad y sentido de la responsabilidad no solo de empresas que cotizan en Bolsa, sino de los distintos estados, actuando en sus calificaciones  como auténticos chantajistas.

 

¿Como con gentuza de ese calibre los gobiernos calificados,  o amenazados con descalificaciones inminentes, se bajan los pantalones literalmente hablando y tratan de convencerles que si que son de fiar? Se ha preguntado alguien de que viven esas agencias de calificación, ¿Quiénes son sus propietarios? ¿Quién sale ganando con esas calificaciones?  ¿Quien les paga y porque?

 

Y no se puede dar por respuesta, que el mundo de la economía y las finanzas internacionales es muy complejo y difícil de entender, ni hablar, es sencillo, los que mangonean ese mundo hoy, son unos estafadores profesionales, que han modernizado el “toco-mocho”, mitad trileros mitad carteristas que te sacan la cartera del bolsillo impunemente.

 

No estamos viviendo una lucha de clases contra el capitalismo, eso ya está  obsoleto, la lucha es  de los ciudadanos contra delincuentes, carteristas, sinvergüenzas de camisa blanca y corbata, con fastuosos despachos en Bancos o grandes Corporaciones, que merced a la cantidad de dinero que afanan consiguen que los gobiernos les extiendan la alfombra roja.

 

Estamos viviendo en plena  cleptopía, tiempo de fabricantes de burbujas y vampiros financieros en la era de la estafa. (Matt Taibbi dixit), por  eso quisiera saber ……. ¿Quién vigila al vigilante?

 

                                            Enrique Climent Laguarda.

                                            Enero 2012